viernes, 1 de junio de 2012

Valores familiares, en peligro de extinción.

Lic. Yadira González A.
Consejo Popular de Comunicación
 Humogria

Las amenazas a la vida familiar son constantes. Los divorcios aumentan, la agresión intrafamiliar deja víctimas mortales, la inmigración se ve como alternativa para la solución de los problemas económicos y genera desmembramiento del núcleo familiar, el embarazo adolescente va en aumento en gran medida. El divorcio se ve cada vez más frecuentemente como alternativa en los matrimonios. 
Algunos gobiernos, presa fácil de las políticas de organismos internacionales, impulsan una educación sexual fundamentada en el placer mucho más que en la responsabilidad.
El matrimonio se ve amenazado como institución al tratarse de legalizar el “matrimonio”, o la unión entre personas del mismo sexo. Se impulsa el homosexualismo como la alternativa sexual por excelencia. Los medios de comunicación han ido debilitando la conciencia aun de los cristianos. Todo en nombre de leyes “antidiscriminatorias” por la orientación sexual y género.
En nombre de los derechos sexuales y reproductivos, o el derecho de elegir cuántos hijos tener y con qué espaciamiento tenerlos, se procura legalizar el aborto en todas sus expresiones y etapas del embarazo. Ante esta situación, la afectada es la familia y los que más sufren son los niños, niñas y adolescentes. La vida misma se ve amenazada al tratar de seguir el camino de algunos países europeos que han legalizado la eutanasia en nombre de “una muerte con dignidad”.
Se han comenzado a crear en algunos estados de Estados Unidos baños sin distinción de género para evitar la discriminación. Se está procurando crear documentos de identidad con la orientación sexual elegida. Se obligará a las empresas a tener un porcentaje de personas homosexuales trabajando para eliminar la homofobia. Los docentes serán obligados a enseñar la homosexualidad como una práctica aceptada y normal.
Vemos amenazados los valores familiares, pero no es momento para rendirnos, hay que levantar la voz, ser proactivos. Es necesario preparar a los jóvenes y se formen principios éticos para conformar una familia.
Es tiempo de orar, para que Dios traiga un avivamiento como nunca antes, porque existe la perversidad  y la maldad crece como nunca.
Sin embargo,  también hay esperanza. Hay resultados concretos del trabajo que se realiza en todo el mundo por favorecer la vida y la dignidad del ser humano y los valores familiares.
¡ALERTA!

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