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| John Elkin Guarin Vocero Órgano Ejecutivo Consejo Comunal Himalaya |
Hoy en día se nos puede hacer tan fácil, tan común, tan normal hablar y emitir opiniones, razones o pareceres que tan sutilmente atentan contra la honorabilidad de algunos de nuestros conciudadanos. Tal vez sin el mas mínimo conocimiento de que? Como? y cuando?, pero es tan fácil suponer, es tan fácil creer. Ahora que tan responsables somos cada uno de nosotros respecto a lo que manifestamos sobre otra persona? Que rigor mental y semántico ejercemos a la hora de hablar de nuestra vida y de las de los demás?
Por esto queremos remitirnos a las enseñanzas dadas por el venerable maestro Samael Aum Weor en el libro Didáctica del Auto conocimiento capitulo 6 respecto a las Representaciones de la mente, que nos daría luz al respecto. “en la mente hay muchas representaciones que debemos tener en cuenta: supongamos que tenemos en mente la representación de un amigo a quien estimamos. Alguien muy importante nos habla contra este amigo, se levanta toda clase de murmuraciones, calumnias, etc.
Nosotros le damos oído a toda esta chismografía. Entonces la imagen que tenemos de nuestro amigo, la representación, queda de hecho alterada. Ya no vemos en él el sujeto amable que antes veíamos llenos de armonía, etc. Sino que esta imagen adquiere en nuestro entendimiento la figura que otros le han dado; posiblemente la del bandido, la del ladrón, la del falso amigo, etc. puede darse el caso que aquellos que hablaron contra nuestro amigo lo enjuiciaron equivocadamente, calumniaron consciente o inconscientemente, etc. Pero la representación de la mente queda alterada. Esto es GRAVISIMO porque esta representación se convierte de hecho en un demonio que viene a obstaculizar nuestro avance esotérico, es un demonio que nos sale al paso, es un demonio que es óbice en el desarrollo interior profundo. He ahí el error grave; dar oídos al chisme, a la calumnia, a las murmuraciones, al dice que se dice, etc.”
Es por eso que pedimos, solicitamos, suplicamos, imploramos para que seamos más responsables a la hora de hablar. Ya que si hay algo por corregir, bueno; tener los elementos de hecho para argumentar y no pareceres para destrozar.
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